sábado, 7 de julio de 2012

Cuando nos olvidamos de los juguetes.


En el sueño tu madre (¿era tu madre,
con aquel camisón azul celeste
y los ojos vacíos?)










En la casa de tus abuelos, vaga por las sombras
de aquel pasillo que te daba miedo
—un miedo irresistible, insoportable—
y se para un momento frente al cuarto
oscuro donde tú buscas juguetes
en lóbregos armarios, y le dices:
"¡Mamá, los he encontrado, están aquí!
¡No se los diste a nadie, son los mismos
que tuve entonces! ¿No los ves? ¿Qué hago
con ellos? ¿Me los llevo? ¿Se los dejo
a los fantasmas? Dime, mamaíta,
¿me los puedo llevar?"
















Y una voz dulce
te responde: Son tuyos, hijo mío,
pero no existen en tu realidad.
Fíjate bien en ellos. Están hechos
de aire: se disuelven en tus manos.
Como yo, vida mía, como yo.




Fotos: Antonio Pérez Abril.
Poema: El cuarto oscuro. Luis Alberto de Cuenca.

2 comentarios:

  1. No sólo eres buen poeta, sino que además, eres un buen fotógrafo de lo cotidiano. Cada día me sorprendes más, Antonio.

    ResponderEliminar
  2. Hola Kat, muchas gracias por tus palabras. Me gusta eso de fotógrafo de lo cotidiano, jeje. Seguimos leyéndonos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar